Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

lunes, 26 de marzo de 2012

FIN

FIN. Todo debe de tenerlo. Incluso aquello que creíamos que nunca acabaría. Siempre aparece en el momento exacto, preciso y necesario, pero a veces, aun sabiéndolo, es difícil decir adiós.
Por sorprendente que parezca, aquí vuelvo arrastrando mis sentimientos por este pedazo de papel, tras la derrota de una nueva aventura. Vuelvo aquí, buscando un consuelo inexistente y con una conocida sensación de frustración e impotencia que se escapa por mis ojos. Lo he vuelto a hacer, corazón, he vuelto a hacerte caso y mira cómo he acabado. ¡Maldito seas tú! ¡Ojalá desaparecieras de una vez de mi vida!
Mientras que mi alma llora, no puedo evitar soltar una sonrisa macabra por todas aquellas veces que juré que nunca acabaría así. Y así ha acabado. De golpe, sin avisar y dejándome sin aliento. Lo peor, es que no pude despedirme de la historia más cálida y humana que ha quedado grabada en mi memoria. Una historia tan dulce e increíble que su final ha sido la única condena que debo sufrir. Preferiría una y mil veces vivir en la mentira de esta historia, que volver al frío de las calles de mi propia vida.
¿Lo volvería a hacer? Por supuesto.
¿Volvería a sufrir? Sin duda.
¿Seguiría volviéndolo a intentar? Siempre.
Y es que, con solo saber que mi corazón se contagia de sus ganas de vivir... no me plantearía ni un segundo firmar el contrato y regalarle parte de mi alma.
Aún así, el mundo es justo, y sabe que yo nunca podría darle tal perfecta combinación, por lo que, querido sueño, encantada de conocerte y que nunca, nunca, pierdas aquella magia en la que quedó atrapado mi corazón.