Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

sábado, 29 de enero de 2011

Miradas del corazón

Hoy, cuando regresé a casa, mi corazón aún guardaba calor. Ahora, sobrecogida, te escribo esto con rubor en las mejillas y con la esperanza de que algún día puedas leerlo sin despecho. ¿Has escuchado alguna vez la frase “la mirada es el lenguaje del corazón”? Yo, al fin, creo que la entiendo. Es algo tan indescriptible…

Lo mejor será que empiece por el principio. Como uno de cuantos días, me siento en mi silla, frente a mi pupitre, durante gran parte de la mañana incluidos los intercambios de clase. Hace demasiado frío como para incluso ponerse en pie. En cambio, tú sales a los pasillos en busca de tus compañeros del aula de al lado. Bueno, eso es lo que quiero pensar… Porque a veces, sé que te vas con ella y maquillo la impotencia de mi corazón. Ella es guapa, lo sé, no puedo hacer nada, simplemente resignarme como siempre al trascurso del tiempo. Hay ocasiones en las que la paciencia de uno se impacienta. Realmente mi vida se ha basado en la paciencia, la paciencia de los sueños…

Bueno, volviendo al tema, siempre trato de, ridículamente, llamar tu atención. Me acerco a ti como sea e investigo sobre tu vida fuera del colegio. Hay veces que, gracias a comentarios estúpidos que hace el grupo, consiguen arrancarte una sonrisa, algo que también me cautiva, pero no es nada comparado con lo que emiten tus ojos.
 
Dicho y hecho; nuestras miradas se encuentran. Y mi sonrisa se borra y mis ojos se abren. Y encuentro la razón por la que ocupas en mi mente tantas horas. Ese brillo, esa claridad, ese… todo. Todo y nada. Mil y una emociones se cruzan por mi corazón. ¿Me gusta? ¿Me atrae? ¿O es que yo estoy…? No me atrevo ni siquiera a preguntarlo. Otra vez no. Me mantendré al margen. Lo que ocurre, es que nunca estoy preparada para esa mirada.

Es un sentimiento tan profundo que lo tienes que vivir para conocerlo a fondo. El corazón se frena y sientes que todo se detiene, aunque sabes que no y por eso deseas que nunca acabe y vuelvas a lo de siempre. Deseo abrazarte con mucha fuerza y no soltarte nunca más, poner la cabeza apoyada en tu hombro y escuchar tu corazón, sí, tus latidos junto a tu respiración. Y mirarte, mirarte siempre. Porque en tus ojos veo una realidad posible, una realidad para los dos que no he encontrado en ningún lugar más que allí. Espero fervientemente que tu mirada algún día me acoja porque cuando no la tengo, mis sueños se escapan.

No te preguntes más por qué estoy constantemente mirándote a hurtadillas y embobada. No preguntes. Ya lo sabes. Sé que no está bien, que no será mía, pero dame tiempo para encontrar algo parecido, dame tiempo, mucho tiempo. No es fácil buscar dos ojos en los que bucear entre millones en los que sólo puedes chapotear.

Por ahora, déjame bucear en tu mirada.
No olvides que tú eres la fuente de inspiración de mis sueños.

sábado, 22 de enero de 2011

Reflexiones de un enamorado

Caballito, caballito,
Huye por el prado
Hacia laderas
De oscuro color.

Caballito, caballito,
Déjame tranquila
Y deja de trotar
Por mi corazón.

Deja que fluya
El galope de tu amor
Y trae a mi alma
El reflejo de tu razón.

Caballito, caballito,
¡Vuelve pronto!
Toma mis riendas
Y llévame hacia el sol.

jueves, 13 de enero de 2011

Hoy va por vosotros

Soy devota de las cosas buenas, bonitas y espléndidas. Sin embargo, mi corazón se emociona al ver personas de tan buena maña. Hoy dedico mi entrada a aquellas personas cuyas ideas son nítidas y nada egoístas, tratando de aportarle algo suculento al mundo. En las que en sus ojos no existe el cansancio y viven por el cambio. Que lloran cuando es necesario y toman su destino con valentía.
En definitiva, esas personas por lo que merece la pena el mundo y el esfuerzo.


Y yo os admiro. Siempre tendréis un hueco aquí dentro.


Un brindis por esas personas de las que, estoy segura, siguen aquí, alargando la vida del mundo.