Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

domingo, 22 de noviembre de 2015

Bravo por vosotros

Un aplauso para todos vosotros, os felicito. Lo estáis consiguiendo. Si queríais verme humillada y totalmente acabada, solo tenéis que ver la sombra que me sigue. Tras tantos meses luchando, cuando parecía que era tan fuerte que nada me detendría, poco a poco, gota a gota, me estáis destruyendo. Bravo.

Escapé de aquel tormento hace unos años, y creí que no volvería ni si quiera a oler aquellos recuerdos del frío invierno que pasé. Sin embargo, ese invierno lo veo más cerca que nunca y tengo miedo.
Sólo me sostienen y me empujan las pocas razones que me quedan por seguir luchando. Creía que podría, que había pasado por otras peores, pero esto ha sido demasiado. Y no para mí, creo que para cualquier alma de corazón caliente no lo habría soportado. Estoy a un paso de volver a caer en aquel barranco del que escapé. La diferencia, esta vez, es que habéis sido vosotros los que poco a poco, humillación tras humillación, me habéis empujado.

No puedo más, pronto estallaré, y será entonces cuando será tarde. Tarde para que pueda levantarme por mi misma. En ese momento, con una sonrisa irónica y lágrimas en los ojos, me reiré de mi triste vida. De mi penosa vida. Poco sol hay para tanto nubarrón. ¿Es necesario esto? ¿He perdonado tanto que me han castigado? ¿He amado tanto para que me pisoteen tanto el corazón? Es imposible afrontar la vida si cada vez que intentas levantar la cabeza te la patean. Me cansa esto. Y, lo peor, es encontrarme sola ante tanta catástrofe. ¿No ha servido de nada tantos años de cariño y amor incondicional? ¿Tan poco importa mi existencia y mi salud mental? ¿Tanto beneficio os aporta el ignorar a aquella amargada y sin salida que solo pide gestos de compasión?

Buenas tardes, he vuelto. He vuelto a morderme la lengua con tal de no llorar. He vuelto a mentir. He vuelto a fingir que todo está bien mientras que cada día amanezco con un nuevo sueño roto. Sigo preguntando por qué tanto dolor y por qué todo para mí. Muchos pensarán que soy exagerada o que solo quiero unos minutos de protagonismo. Ojalá fuera tan sencillo. Les invito a pasar por mi camino unos días.

Mi aliento desaparece y mis ganas de caer aumentan. De volver a ésos años en los que solo estaba yo y mi pena, aquéllos en los que mis lágrimas mecían mis noches. Mi único consuelo es que esta etapa pase de una vez porque cuatro años son muchos años, y porque no merece la pena tan pocos frutos para tanta siembra. Mientras tanto, a los que quieran verme acabada, les invito a que pasen al cómico circo en el que se ha convertido mi vida en los últimos meses, pues esto es solo el principio.