Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

jueves, 30 de junio de 2011

Libro para el mes de junio 2

Con retraso, eso sí, pero con la cercanía de julio sobre la nuca, os presento el segundo libro de este mes que se acaba. Si lo recordáis prometí dos libros para este mes ya que en mayo no pude presentaros libro alguno.
Hace mucho tiempo, un par de años para ser exactos, leí un libro de origen español, (ya sabéis que en literatura España no se queda muy atrás) bajo el nombre de "La catedral del mar" del autor Idelfonso Falcones, también conocido por su última obra "La mano de Fátima" el cual no he leído.
Sinceramente, la historia no es un tema que apasione, aunque bien es cierto que presto mucho interés y curiosidad en él. Siempre es interesante descubrir el por qué del presente, profundizar en nuestros ancestros y descubrir su pensamiento y así comprender un poco más el presente. A mí me despierta más interés sobretodo la Edad Media, una época que para mí está llena de magia e historias cargadas de sentimientos. Cuando por entonces, el concepto consumismo o capitalismo no existía en todo su significado.
Gracias a este libro despertó aún más mi interés por lo medieval y arcaico, una novela que explica muy bien la situación política, económica y social del siglo XIV en Barcelona, una ciudad que ha influido mucho en la historia de España.


Aquí os expongo el argumento:
"Siglo XIVBarcelona. Bajo la Corona de Aragón, la ciudad condal se encuentra en su momento de mayor prosperidad y los habitantes del humilde barrio de pescadores de la Ribera deciden construir, con el dinero de unos y esfuerzos de otros, el mayor templo marino jamás conocido: Santa María de la Mar.

Mientras se construye el edificio, Arnau Estanyol va creciendo y descubriendo Barcelona. El hijo de Bernat, un siervo de la tierra que huyó en su día de los abusos de un señor feudal con su hijo de meses, trabajará como palafrenero, estibador, soldador y cambista mientras vive una vida extenuante siempre al amparo de sucatedral. Su vida, con una historia de amor complicada, pasará de la pobreza del fugitivo a la riqueza del noble, no sin provocar la envidia de sus enemigos que trazarán una conjura para llevarla hasta la Inquisición."

No se trata de un libro pesado, al contrario, es muy ameno ya que nos explica la construcción de la catedral, que será el tema central sobre el cual girará el trama del libro, a través de las vivencias de Arnau, el protagonista que sobrevive a amores, muertes, tragedias y un juicio final del que saldrá triunfando.
En definitiva, una novela que no tiene desperdicio.
PD: Aunque no venga el caso, deseo añadir que el comienzo de julio traerá numerosas novedades que os informaré a lo largo del mes. Ante el cambio estético del blog, os anuncio un nuevo ritmo del blog que lo hará ser mucho más dinámico y no tan abandonado como antes. Y, cómo no, os doy las gracias a mis seguidores, gracias por seguirme y apoyar mis escritos. Gracias y un beso.
Marta.

martes, 28 de junio de 2011

La sonrisa más bonita del mundo

Se sucedieron incómodos y prolongados silencios en los que acariciaba su mano suave y pellejuda haciendo pequeños círculos. No dejaba de ojear el reloj viendo cómo se pasaba el tiempo sintiéndome cada vez más inútil.

-Abuela, ahora es cuando tienes que sacar fuerzas y salir adelante. No estás sola, nosotros te queremos y estamos aquí para lo que haga falta.
-Pero si no las tengo, no las encuentro por ningún lado.

Otro silencio igual que el anterior. Qué iba a decir yo ante eso. Ella contaba con años de experiencia mientras que yo ni siquiera había empezado a andar por el camino que nos prepara la vida.

-Hija, la vida es muy injusta. Es muy difícil y muy dolorosa.

Volvió a coger su pañuelo y, temblando como estaba, se secó las lágrimas. Tan inútil como me sentía, en esos momentos solo se me ocurría besar sus manos chiquitas y desgastadas por el trabajo de toda una vida.

-Aunque sigas sintiendo ese dolor, poco a poco todo volverá a su cauce, poco a poco empezarás a entretenerte con tus plantitas.
-A mí este dolor no se me va a ir mientras viva. Me acuerdo todo el día de él. Cierro los ojos y lo veo bajando las escaleras, sentándose con el perro, viendo la televisión, con el coche… Desde que nos casamos nunca nos hemos separado, nunca, y ahora que se ha ido, este dolor no se me va a ir.
-Abuela, mira el lado positivo, siempre ha tenido problemas con el corazón, y podía haberse ido hace mucho tiempo. Y además, acuérdate de todos los buenos momentos que habéis pasado juntos.

Inspiró hondo, y algo más relajada y cálida me habló con dulzura.

-Es que con él todo han sido buenos momentos. Jamás me ha puesto una mano encima y hemos estado uno con el otro siempre. ¿Sabes? Cuando me casé con él, ese día nací. Empecé a vivir de verdad.

Y, dejando a un lado el dolor, comenzó a contarme su juventud, cómo juntos salieron de la pobreza y crearon la enorme familia Castillo, una familia enorme y sana, una familia de la que ya cuentan con bisnietos, uno de los cuales soy yo, su bisnieta mayor. Sin embargo siempre hemos tenido una relación más cercana, de abuelos a nieta, una relación que debido a eso siempre se ha mantenido unida.

Poco a poco los silencios no resultaron tan incómodos, sino necesarios. Y aunque la conversación no fuera tan vivaz como tiempos atrás, sabía que no podía pedir más. Poco a poco desvié ese tema tan doloroso a otros más superficiales y rutinarios, desde el canario que le regalé a mi madre por su cumpleaños hasta de la universidad en la que estudiaré el curso que viene. Y, en un fugaz instante que solo duró un pestañeo, pude observar una pequeña sonrisa. Una sonrisa entre arrugas, que no conseguía ocultar la tristeza de sus ojos, pero que para mí fue la sonrisa más hermosa que había visto en mucho tiempo. Una sonrisa por un nuevo esfuerzo para volver a vivir, esta vez sola, pero con una fuerza que solos los que la conocen de verdad lo pueden confirmar. Y sé que mi bisabuelo estará allí, viéndola todos los días y mandándole las fuerzas que le faltan para volver a caminar.

Abuelo, nunca olvidaré las conversaciones en el patio en las tardes de primavera, ni olvidaré tu butaca que ahora está vacía en la esquina, ni tu amor por la buena comida, un amor que yo también vivo, ese amor que compartíamos la familia comiendo ese plato de arroz de marisco con el que tanto disfrutábamos. No te olvidaré abuelo.


Aunque sé de sobra que ya nada volverá a ser como antes, te pido que estés con ella y le ayudes superar este dolor, a que poco a poco la rutina la salve de esta espina que se le ha clavado en su bondadoso corazón.

jueves, 23 de junio de 2011

Libro para el mes de junio 1

Ahora que ya que mi vida vuelve a estabilizarse poco a poco, trato de acercarme una vez más, a aquel mundo que tanto llegué a amar. Un mundo lleno de fantasía, dificultad y felicidad. Pero aquí estoy, tratando de volver a sacar brillo a este blog que abandoné para conseguir mi otro sueño: ser veterinaria. ¿Raro, verdad?


Volviendo al título de esta entrada, hoy voy a hacer memoria de uno de los más grandes de la literatura española, especialmente en la poesía. La antología poética de Antonio Machado.


Muchos de los que habréis estudiado para selectividad o, simplemente, hayáis hecho un bachillerato, habréis oído de él. Yo lo conocí así, por un trabajo, por un deber del que gracias a él conocí a la verdadera y desnuda poesía. Desde que empecé a escribir, la poesía la había mantenido aparte, creía que pertenecía a un mundo ajeno al mío, pensamiento totalmente erróneo. Recuerdo el día en el que comencé a buscar alguna poesía para completar mi trabajo, y en esas, no pude decantarme por ninguna. Todas me parecían de una calidad sensorial espléndida y quería seguir y seguir conociendo un poco más las desventuras de este poeta.
Entonces comencé a buscar a más poetas célebres que me hicieran sentir lo que me hacía sentir Machado. J.R. Jiménez, Lorca, Cernuda, Alberti... pero no me aportaban ese mundo tan transparente como me lo transmitían las poesías de Antonio.
Y así fue como me atreví yo a ser poeta, no pretendía llegar muy lejos con mis poesías pero disfrutaba con ellas y con eso me bastaba.


Por eso os dedico a Machado a aquellos a los que les guste la poesía llena de simbolismo y sentimiento, porque yo nunca me canso de leer y releer una o otra vez sus poesías que ya permanecen en mi memoria como un cúmulo de sensaciones que hacen palpitar a mi romántico corazón.


 A UN OLMO SECO

  Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo 
algunas hojas verdes le han salido.


  ¡El olmo centenario en la colina 
que lame el Duero! Un musgo amarillento 
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento.


  No será, cual los álamos cantores 
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores.


  Ejército de hormigas en hilera 
va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas.


  Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas en alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas,  
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 

Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.


Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere 
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas ha de helarte el corazón.