Un aplauso para todos vosotros, os felicito. Lo estáis
consiguiendo. Si queríais verme humillada y totalmente acabada, solo tenéis que
ver la sombra que me sigue. Tras tantos meses luchando, cuando parecía que era
tan fuerte que nada me detendría, poco a poco, gota a gota, me estáis
destruyendo. Bravo.
Escapé de aquel tormento hace unos años, y creí que no
volvería ni si quiera a oler aquellos recuerdos del frío invierno que pasé. Sin
embargo, ese invierno lo veo más cerca que nunca y tengo miedo.
Sólo me sostienen y me empujan las pocas razones que me
quedan por seguir luchando. Creía que podría, que había pasado por otras
peores, pero esto ha sido demasiado. Y no para mí, creo que para cualquier alma
de corazón caliente no lo habría soportado. Estoy a un paso de volver a caer en
aquel barranco del que escapé. La diferencia, esta vez, es que habéis sido
vosotros los que poco a poco, humillación tras humillación, me habéis empujado.
No puedo más, pronto estallaré, y será entonces cuando será
tarde. Tarde para que pueda levantarme por mi misma. En ese momento, con una
sonrisa irónica y lágrimas en los ojos, me reiré de mi triste vida. De mi penosa
vida. Poco sol hay para tanto nubarrón. ¿Es necesario esto? ¿He perdonado tanto
que me han castigado? ¿He amado tanto para que me pisoteen tanto el corazón? Es
imposible afrontar la vida si cada vez que intentas levantar la cabeza te la
patean. Me cansa esto. Y, lo peor, es encontrarme sola ante tanta catástrofe.
¿No ha servido de nada tantos años de cariño y amor incondicional? ¿Tan poco
importa mi existencia y mi salud mental? ¿Tanto beneficio os aporta el ignorar
a aquella amargada y sin salida que solo pide gestos de compasión?
Buenas tardes, he vuelto. He vuelto a morderme la lengua con
tal de no llorar. He vuelto a mentir. He vuelto a fingir que todo está bien
mientras que cada día amanezco con un nuevo sueño roto. Sigo preguntando por
qué tanto dolor y por qué todo para mí. Muchos pensarán que soy exagerada o que
solo quiero unos minutos de protagonismo. Ojalá fuera tan sencillo. Les invito
a pasar por mi camino unos días.
Mi aliento desaparece y mis ganas de caer aumentan. De
volver a ésos años en los que solo estaba yo y mi pena, aquéllos en los que mis
lágrimas mecían mis noches. Mi único consuelo es que esta etapa pase de una vez
porque cuatro años son muchos años, y porque no merece la pena tan pocos frutos
para tanta siembra. Mientras tanto, a los que quieran verme acabada, les invito
a que pasen al cómico circo en el que se ha convertido mi vida en los últimos
meses, pues esto es solo el principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario