Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

domingo, 27 de febrero de 2011

Vivo de esa ilusión

El mundo es raro, pero hay veces en las que soy yo la rara. El otro día mismo, con un resquemor en el pecho, gruñía frustrada por la injusticia, lo mal repartido que está el mundo y lo mal que acaban esas personas que miran el mundo con ojos de cambio y progreso. Sí, fue uno de esos días en los que quieres dejar la voz para gritarle al mundo el mal camino que está tomando.
Y ayer, quizás fuera por aquel sol brillante andaluz, sonreí para mis adentros y deseé subir  a una colina para contemplar cuan maravilloso es el mundo. Ese día pues estaba agradecida y orgullosa por vivir, por poder observar la belleza que nos esconde la vida.
Y hoy, mejor que antesdeayer y peor que ayer, concluyo con que sí, es verdad, hay momentos que dan pena, mucha pena, pero que son compensados con la satisfacción de ser queridos, de levantarse tras una caída y de poder contárselo a los demás. Porque como últimamente pienso, lo bello no sería tan sublime si no existiera lo horrible, lo espantoso y lo nefasto.
Una vez más doy mi apoyo para mirar al cielo con orgullo y satisfacción porque de lo horrible siempre, siempre, se aprende.