Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

sábado, 22 de agosto de 2015

De vuelta ;)

He vuelto. Después de tanto tiempo a la sombra, creyendo que todo iba bien y que era cuestión de esperar, he roto con todo y he decidido que ya era hora de volver. Volver a disfrutar, a vivir y, sobretodo, a creer en mí como nunca antes lo había hecho.

Es cierto que lo que no te mata te hace más fuerte y, desangrándome poco a poco, agonizando entre un mar de dudas y dolor, estoy creciendo. Siento que es hora de volver a resurgir de mis cenizas. Después de mucho “es la última vez”, “no volverá a pasar”, he abierto los ojos. Nunca es bueno dejarse pisotear y, peor, sentirte culpable con ello excusando a los demás. Por eso, tras tanto atormentarme sin razón, he tenido que aprender a sacar los dientes. Y doy las gracias por ello. Que nunca, nunca, os hagan dudar de lo maravillosos y estupendos que sois.

Estuve encerrada en mis propios sueños, creyendo que todo iba a estar bien, que era cuestión de tiempo y que sus sentimientos eran sinceros. Nada más lejos de la realidad. Es por eso que ahora sé bien que nunca ocurrirá después de tantos escarmientos. Estaba ensimismada en una realidad totalmente diferente de lo que era esa relación ¿Por qué todos no lo veían así? ¿Por qué no se daban cuenta de lo mucho que me quería así como yo lo veía? Al final, con resquemor en el pecho y el orgullo convertido en lágrimas, tuve que darles la razón.

Me sentía perdedora si abandonaba la relación después de tanto sacrificio. Hasta que un día un demonio se revolvió en lo más hondo de mi ser y quiso salir fuera. En una de esas ocasiones en las que solía agachar la cabeza y compadecer al otro, dije BASTA. ¿Por qué todos mis sacrificios seguían sin dar frutos? Supe que ya había dado demasiadas oportunidades para saber que aquel príncipe azul no era más que un sapo maquillado. Y, aún sintiendo dolor e impotencia, decidí que ya era hora de empezar a pensar en mí y dejar ir a aquella esperanza que me tenía presa.

Me sentí liberada. Me sentí fuerte, como hacía tiempo que no me sentía. Obviamente los días tristes no tardaron en venir, incluso ahora algunas veces aparecen para llenarme la mente de dudas. Pero decidí que tenía que ser fuerte, nada de bajones. Ya era hora del cambio. Era hora de volver a ser yo, de volver a disfrutar, de tener libertad para vivir sin estar aferrada a un sueño imposible. Será difícil, lo sé, pero conseguiré estar en paz conmigo misma; conseguiré tener esa fuerza imperiosa que no me haga caer nunca más. Y sí, a día de hoy, creo que si no hubiera sido por esa relación tormentosa, no habría caído en la cuenta de que necesitaba algo de amor propio, porque, de haberlo tenido, nunca habría ocurrido tal cosa.

Así que animo a los que me lean (entiendo que el blog ha estado muuuuy dejado) que no tengan miedo a la soledad y se pongan al mando de sus vidas. El amor es sencillo, cuando es verdadero no trae sufrimientos ni dudas. Pensad que pase lo que pase siempre nos acompañará nuestra sombra hasta el fin de los días, así que tenemos que llevarnos bien con ella el mayor tiempo posible.

Tras esta reflexión, solo decir, con entusiasmo y miedo a la vez, dos palabras que significan mucho para mí: HE VUELTO.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena Marta, me alegro un montón de que hayas vuelto a tu vida. Y es que la vida nos da palos que nos enseñan que esto es un tesoro y hay que ver esos momentos, instantes fugaces, que valen más que el oro, y que por cegarnos no somos capaces de apreciar. Ahora has despertado, has sacado los dientes, eres un lobo. Y recuerda siempre... el lobo nunca teme a las ovejas.

    ResponderEliminar
  2. A veces el amor no entiende de razones. Nos empeñamos en comprender a la otra persona y justificarnos diciendo que ya cambiará o todo irá a mejor, pero en realidad nos engañamos. Todos deberiamos de pensar primero en nosotros mismos, segundo en nosotros mismos y por ultimo en nosotros mismos, porque nuestra felicidad no se trata de encontrar un amor perfecto o de pelicula, a ese principe azul o el hombre perfecto, porque eso es imaginario, tenemos que estar bien con nosotros mismos, amor propio, es lo fundamental. Me alegro de que hayas vuelto a vivir tu vida, sin tener que depender de alguien para estar bien y vivir. Sigue así, con ganas de comerte el mundo, de luchar por tus ilusiones, por lo que te hace sentir viva, porque TÚ puedes con todo, nunca lo olvides.

    ResponderEliminar
  3. A veces el amor no entiende de razones. Nos empeñamos en comprender a la otra persona y justificarnos diciendo que ya cambiará o todo irá a mejor, pero en realidad nos engañamos. Todos deberiamos de pensar primero en nosotros mismos, segundo en nosotros mismos y por ultimo en nosotros mismos, porque nuestra felicidad no se trata de encontrar un amor perfecto o de pelicula, a ese principe azul o el hombre perfecto, porque eso es imaginario, tenemos que estar bien con nosotros mismos, amor propio, es lo fundamental. Me alegro de que hayas vuelto a vivir tu vida, sin tener que depender de alguien para estar bien y vivir. Sigue así, con ganas de comerte el mundo, de luchar por tus ilusiones, por lo que te hace sentir viva, porque TÚ puedes con todo, nunca lo olvides.

    ResponderEliminar
  4. Quizá deberias volver a leer esta entrada que escribiste no hace tanto y volver a plantearte un poco todo.

    También quizá deberias darte cuenta de lo maravillosamente impresionante que eres y en ese preciso momento empezarás a quererte un poco más, esconderte un poco menos, y tener menos miedo a enfrentarte a la vida, porque eres capaz de alcanzar la luna con las manos si lo quisieras, lo sé y estoy convencida de que podrías. Pero eso no basta, quien tiene que estar convencida eres tú y quizá si te lo digo de vez en cuando, algún día te lo creas.

    Sigue escribiendo, porque te vendrá bien y yo estoy deseando leerte.
    Y si algún día te tiro de las orejas en vez de rascartelas, no me lo tengas en cuenta, todos necesitamos a veces ese tirón para dar menos importancia a cosas que no lo tienen y seguir adelante.

    Mucho ánimo.
    Empieza a comerte el mundo.
    Con amor.
    Fa

    ResponderEliminar