Volviendo al título de esta entrada, hoy voy a hacer memoria de uno de los más grandes de la literatura española, especialmente en la poesía. La antología poética de Antonio Machado.
Muchos de los que habréis estudiado para selectividad o, simplemente, hayáis hecho un bachillerato, habréis oído de él. Yo lo conocí así, por un trabajo, por un deber del que gracias a él conocí a la verdadera y desnuda poesía. Desde que empecé a escribir, la poesía la había mantenido aparte, creía que pertenecía a un mundo ajeno al mío, pensamiento totalmente erróneo. Recuerdo el día en el que comencé a buscar alguna poesía para completar mi trabajo, y en esas, no pude decantarme por ninguna. Todas me parecían de una calidad sensorial espléndida y quería seguir y seguir conociendo un poco más las desventuras de este poeta.
Entonces comencé a buscar a más poetas célebres que me hicieran sentir lo que me hacía sentir Machado. J.R. Jiménez, Lorca, Cernuda, Alberti... pero no me aportaban ese mundo tan transparente como me lo transmitían las poesías de Antonio.
Y así fue como me atreví yo a ser poeta, no pretendía llegar muy lejos con mis poesías pero disfrutaba con ellas y con eso me bastaba.
Por eso os dedico a Machado a aquellos a los que les guste la poesía llena de simbolismo y sentimiento, porque yo nunca me canso de leer y releer una o otra vez sus poesías que ya permanecen en mi memoria como un cúmulo de sensaciones que hacen palpitar a mi romántico corazón.
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
*-* me encanta machado, desde niña mi madre siempre me ha leido sus poesías, las suyas y las de bequer. Que bonita es la poesia *-*
ResponderEliminarjá prometiste otro libro que no se me ha olvidado ¬¬
ResponderEliminarquitando esa minucia, mola!! jeje joooo yo quiero leerte más a menudo porque es bonito lo que escribes.
Un beso.
Fa