Porque las palabras nos hacen distintos a las demás especies.
Porque las letras forman parte de nuestra esencia.
Nuestra alma se materializa en papel y tinta y nos ayuda a revelar nuestras ideas e inquietudes. A través de ellas decidimos, reímos, enamoramos y lloramos. Por eso, cada símbolo que aparece en un papel nos determina.
¿Acaso existe algún otro pasaporte más utilizado y simple que nos lleve a la libertad de nuestros sentimientos?

jueves, 23 de septiembre de 2010

Soy tu nieta

Querido abuelo:

Soy tu nieta, la única que tienes. Sé que te extrañarás mucho al abrir esta carta, que nuestra relación es demasiado fría como para dejarse llevar a través de correspondencia. Solo quiero decirte algo que he guardado siempre dentro del pecho y que quiero que sepas. Eres un gran abuelo. Las ocasiones que te he visto han sido contadas, y sé perfectamente que he crecido muy lejos de ti. Sé que no estabas el día de mi bautizo, no estabas ninguna vez de las diecisiete ocasiones en las que he cumplido años, ni cuando estaba triste, ni cuando festejaba mis triunfos. No estabas cuando necesitaba alguna figura familiar en mi vida. Cuando quería escuchar historias de tiempos más remotos a mi época. Y ahora estás un poco lejos de aquí. Me gustaría verte más a menudo, pero apenas consigo verte dos o tres veces al año y por poco tiempo. Es triste, lo sé, pero aunque no sea posible, me gustaría tanto como a ti, que estuvieras en casa, con los tuyos.

Tu vida ha sido una vida muy agitada y difícil, y te han acusado por el miedo de que seas distinto a los demás. Muchos te han llamado loco, cosa que nunca entenderé y jamás consentiré porque para mí las personas locas son las que hacen cosas indebidas siendo conscientes de ellas. Y tú no eres un loco. Eres mi abuelo y punto. Pero yo nunca he tenido miedo, ni tu hija tampoco, siempre hemos confiado en que tú nunca nos harías daño y te hemos dado todo cuanto podemos. Habrá gente que no lo quiera ver, pero yo si veo la realidad y sé que la mala suerte se cruzó por tu vida y te dejó preso. Desde pequeña siempre han querido protegerme, pero yo siempre he considerado que era una tontería tenerme alejada de mi ABUELO. Simplemente son cosas de la vida. Yo no te aprecio por lástima ni por compasión, sino por lo que fuiste un tiempo y lo que conseguiste crear. Has creado una familia que se mantiene bien. Pero no por eso te admiro, lo hago por esa creatividad reflejada en cuadros que me regalaste, por esos ojos tan humildes que persisten en tu mirada y porque un día, sé que muchos también te admiraron por tu labor. Y para mí, aunque no te conociera por aquella época, siento que fue así.

Por eso, aunque estés débil y olvidadizo, quiero decirte que soy tu nieta, que siempre lo he sido. Cuando te veo, tus ojos brillan de felicidad, porque te hace feliz ver que tu hija ha conseguido seguir adelante. Y tú también debes de seguir adelante. Has tenido mala suerte y yo jamás te culparé por nada, ni tu hija. También te voy a decir que tu hija te quiere mucho, que nunca ha dejado de quererte, y que gracias a ella ahora estás bien cuidado aunque estés lejos de aquí. Y he de confesarte que, las pocas veces que te he visto, en tu mirada he encontrado una mirada llena de ternura y amor, una verdadera mirada que un abuelo le dedica a su nieta. Estoy orgullosa de ser tu nieta, y no me avergüenza, al contrario, me hace sentir dichosa. Te quiero, abuelo.
                                                                                                 Tu nieta.



1 comentario: