El viento trata de arrancar las raíces que germinaron en los últimos tiempos. Hay veces en las que el trabajo no sirve para nada, sólo para hacer más dinámico el dolor continuo que se vive. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? No quiero pensar, pero la tentación me obliga a lastimarme, pensando en la única y drástica opción que me queda para escabullirme de mi suerte. No quiero pensar, pero es lo único que tengo que me haga un poco de compañía, aunque al final no se trate más que de un enemigo mortal en contra de mi supervivencia social.
Hay días que el mercurio sube, hay días que sube bastante y oigo el sonido de la vida, de el resurgir, del agua y el calor brotando por mi vida. Pero hay otros días, que el mercurio se congela y me espera tiempo de gran vacío y malestar.
¿Qué hago, qué hago si el calor no me protege y el frío me aísla? ¿Si lo único que hago es ocultar la nevada de mi corazón? Y es que… ¿de dónde saco el calor suficiente para convertir en líquido lo sólido de mis venas? ¿A dónde tengo que ir?
Duermo en sueños de arco iris y despierto en lúgubres cavernas oscuras por el miedo. Y tengo miedo, frío, cansancio y rutina. Tengo miedo de decir la verdad, mi verdad.
Tienes fuerza dentro de ti... fuerza para afrontar todo lo que te venga.. fuerza de sobra para seguir. Tú puedes, si quieres.
ResponderEliminar